Viaja



Intenta ir con las manos vacías, pero con el corazón lleno, porque más que ser un turista aprenderás que mejor es ser un aventurero. No vayas a esas ciudades que otros dicen que vayas, ve a la ciudad que tu corazón dicta que vayas. Ahora no le busques muchos sentidos, porque el sentido lo tendrá mañana; y es que te darás cuenta que eres el imán de tu propia brújula. El destino no es importante, lo importante es moverse. Moviéndote aprenderás que nada está dentro de lo previsto, porque nunca nada será lo que deseabas ni nada de lo que creías.

Viaja, viaja tan lejos que pierdas el suelo y, hasta la orilla. No hace falta estar preparado, pues nunca lo estarás del todo. En serio, si puedes no cargues nada, porque más adelante sabrás que lo que lo único que necesitas está dentro de ti. Quizá tengas que tirar maletas de 30 kilos, pero nunca las echarás en falta, pues lo que realmente echarás en falta, estará dentro de tu corazón, pero muy lejos de ti.

Viaja, porque viajando no es que aprendas del lugar, sino que el lugar te hace aprender de ti. Al principio viajarás por curiosidad, después de todo, esa adicción que se genera viajando será por la inquietud que se crea al irse, y la melancolía que se siente al regresar.

Viaja, viajar te enseñará que todos deberíamos partir algún día. Ya sé que todos tenemos un destino y una razón distinta, y que cada uno tiene su modalidad, pero es que viajar te cambiará los ojos, dándote una nueva perspectiva de tu entorno, además de elevar tu capacidad de asombro. Porque cuando tu entorno se torna común, con los mismos lugares, comidas, caras, y hablando siempre el mismo idioma… sin quererlo correrás el riesgo de dormirte en esa inercia de la vida, donde todo se vuelve monótono y mecánico.

Por suerte siempre puedes escuchar esa voz que te pide más aventuras y experiencias. Esa voz que te dice: “todavía tienes que seguir viajando para matar esa ignorancia y desprenderte de la mediocridad”. Porque a donde van nuestros deseos, deberían ir nuestros pasos.


Muchos dicen que ya irán cuando sean mayores, cuando les surja esa oportunidad, que ya buscarán el modo. Pero estos viven una vida planeando o esperando el momento indicado. No se dan cuenta que lo que hacen es amontonar un listado de pretextos. Olvidándose que en esta vida lo realmente necesario es perder esa maleta. Que lo importante es aprender y desaprender, perderse y encontrarse, buscar respuestas, pero sobre todo, volver con más preguntas. Porque cuando te toque volver, te darás cuenta que lo único cierto es que lo que no tendrás es el tiempo y las oportunidades que ya usaste, y sobre todo, que ya no cabes en esa misma casa.

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